jueves, 23 de julio de 2009

Concurso de Cortometrajes

4º EDICIÓN DEL FESTIVAL NACIONAL DE CORTOMETRAJES `PIZZA, BIRRA Y CORTOS` QUE SE REALIZA EN GÁLVEZ, PROVINCIA DE SANTA FE. ESCRIBE, EN EXCLUSIVA, SU DIRECTOR
EL FESTIVAL CONVOCA A DIRECTORES, REALIZADORES, ESTUDIANTES DE CINE Y PÚBLICO EN GENERAL QUE REQUIEREN CADA VEZ MÁS OPORTUNIDADES DE ENCUENTRO E INTERCAMBIO PARA VER, DISCUTIR Y ACTUALIZARSE SOBRE EL MEDIO AUDIOVISUAL.
FESTIVAL
El festival nacional de cortometrajes “Pizza, birra y cortos” convoca a los realizadores audiovisuales independientes a participar en la Cuarta Edición que se realizará los días 23, 24 y 25 de Octubre del 2009.

La finalidad del festival es promover las obras como medio de expresión y comunicación.

La fecha límite para la recepción de videos es el viernes 1 de septiembre de 2009. No se considerarán los trabajos recibidos después de la fecha de cierre antes citada.

Bases para la muestra oficial competitiva
a) Pueden participar todos aquellos videos de realizadores audiovisuales a nivel nacional.
b) Se aceptarán trabajos realizados desde 2005 hasta el presente, grabados en cualquier soporte, pero sólo se recibirán en formato DVD (Pal ó NTSC).
c) No se admiten videos inscriptos en las anteriores ediciones de éste festival.
d) Cada trabajo audiovisual debe contener una obra en una caja plástica.
e) Cada video presentado deberá estar acompañado de la ficha de inscripción debidamente completada y firmada (descargar ficha dentro del sitio web)
f) Los videos podrán ser inscriptos en alguna de las siguientes categorías:
o Ficción (duración máxima 20 minutos)
o Documental (duración máxima 30 minutos)
o Animación (duración máxima 15 minutos)
o Videoclip (duración máxima 10 minutos)
o Videominuto (duración máxima 1 minuto)
o Corto-circuito (duración máxima 15 minutos)

Exhibición

Los videos seleccionados que participarán en la muestra competitiva y en la muestra itinerante serán exhibidos en el teatro “Marconi” de la ciudad de Gálvez los días 23, 24 y 25 de octubre del corriente.

Premios

Los videos ganadores de cada sección (ficción, documental, animación, videoclip, videominuto y corto-circuito) recibirán una placa identificatoria del evento.

El público-espectador tendrá la posibilidad de votar las obras audiovisuales entregando como mención un certificado de participación.

Más información: www.pbycortos.com

PALABRAS DE SU DIRECTOR

Estamos llegando a la 4º edición del Festival. Simplemente si contabilizamos estas tres ediciones anteriores, nos daremos cuenta q el tiempo nos paso como un fotograma a otro y sin darnos cuenta, no nos detuvimos a observar y contemplar que nos decía cada uno de ellos.
Manipulemos el tiempo…….. “PAUSA”.

“PLAY”…2006 contagiados por aquella historias breves (Concurso de cortometrajes organizado por el INCAA), nosotros, lejos de las grandes ciudades quisimos contar y ver nuestras propias historia, nacía……..”PIZZA,BIRRA Y CORTOS”.

Año 2007…Así como tuvimos nuestro proyecto “corto” encuadrándolo como “Muestra”, quisimos tener nuestro primer “largo”, nacía lo de “Festival Provincial”, un marco q nos acercaba mas a otros lugares y a otras inquietudes. Directores consagrados de aquella “historias breves” legaban a nuestro festival.
Jorge Gaggero ( Cama Adentro, Vida en Falcón) y la productora independiente mas importante del país “Farsa Producciones”.

Año 2008…Como toda historia que tiene su “resorte dramático” a nosotros también nos tocaría vivir y protagonizar ese “resorte”. Perderíamos nuestro lugar, nuestro espacio físico, nuestro Ultimo Cine.

Teníamos que seguir adelante con esta historia. Fue así como se sumaron “nuevos protagonistas”,”nuevos directores” y “nuevas instituciones.

MAS COMPROMISO Y MAS GANAS PARA SEGUIR HACIENDO…..

Otro año llega, y nuevos actores para seguir protagonizando esta historia, que nace casi en la marginalidad de los circuitos tradicionales.
Entran a escena grandes actores….

Manuel Antin (referente de la cinematografía nacional en los años 60, creador y fundador de la escuela de cine mas prestigiosa del país (FUC), será el PADRINO DE ESTA HISTORIA,.. DE NUESTRA HISTORIA.

Luis Sens:
(fotógrafo Profesional – becado en Cannes 2009)
Nos invitara a recorrer a través de la lente de su cámara todo su trabajo artístico y su mirada personal.

Grupo Humus:
(Grupo cinematográfico de realización colectiva).
Estarán presentando su primer largometraje “Básicamente un pozo”.
*Seleccionado para la 5 edición del MARFICI (Mar del Plata Festival Internacional de Cine Independiente 2009).
*Premio Voto del publico a la mejor película Baficito en el 11º (bafici) abril 2009.

La función recién comienza y los invitamos a que entre todo hagamos que esta historia sea “Extraordinaria”.

Por Adrián Culasso
Director
Más información: runlolarun2@hotmail.com

martes, 21 de julio de 2009

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS Y LA EDUCACIÓN


SEGÚN ALEJANDRO PISCITELLI. `EL DOCENTE DEBE SER UN TINELLI CON CONTENIDOS`
FUE GERENTE GENERAL DE EDUC.AR Y ES DOCENTE EN LA UBA, DONDE ANALIZA CON SUS ALUMNOS LOS USOS EDUCATIVOS DE FACEBOOK. SOSTIENE QUE NO SIRVE INUNDAR CON COMPUTADORAS LAS AULAS SI NO CAMBIA EL FORMATO ESCOLAR ESTANDARIZADO.

–Usted se refiere a las diferencias entre los inmigrantes y los nativos digitales. Los primeros, los mayores de 20 años, necesitamos el manual para entender un aparato electrónico. Los nativos digitales en cambio, van primero al aparato y descifran su funcionamiento despreciando el manual. ¿No ha existido siempre este tipo de diferencias generacionales? ¿Cuál es su particularidad?

–Decir que el nativo digital viene con las reglas inscriptas quiere decir que no le tiene miedo y no se cansa de ensayar y arriesgar. Hace mucho ensayo y error, pero no en forma repetitiva, si no nunca aprendería. De un ejemplo saca un caso hasta convertirlo en una regla. Practica la abducción. La diferencia es que antes había pocos aparatos en las casas, a lo sumo un televisor y una videograbadora. La transformación más profunda no la genera necesariamente la computadora sino la combinación de computadora, Internet y celular. Nosotros, los inmigrantes digitales, además de animales de costumbres somos animales de interfases simples. Abrimos un libro, lo miramos, lo leemos y lo cerramos. Ya está. Si el libro fuera un “Kindle” (el libro electrónico de Amazon), ya nadie lo leería, no sabría dónde apretar. La interfaz tiene que ser muy simple para un adulto. De todas formas, no se trata de una díada nativos versus inmigrantes. Si una persona nació antes del 89/90 y tiene incorporado el lenguaje de las pantallas es un migrante digital y así hay otras variantes. Pero no debemos perder de vista que todas ellas, finalmente no describen a la mitad del mundo que está excluida, que están fuera del mapa.

–Uno de los emergentes más claros de la tensión nativos/inmigrantes es el sistema educativo, con maestros y profesores formados como inmigrantes digitales. ¿Cómo se podría achicar esa brecha?

–Hubo intentos, todos fallidos, de acompañar la educación con la tecnología. ¿Por qué no va a pasar otra vez? Hay una vieja discusión en torno a si los chicos de hoy son más o menos inteligentes que los de veinte o veinticinco años atrás. En realidad, es una pregunta casi psicoanalítica narcisista: ¿soy más inteligente o no que mi hijo? El lenguaje de los adultos es muy despectivo frente a los chicos, es muy defensivo. Se sienten amenazados por el mundo de las pantallas. El docente vive una gran distancia generacional, experimenta una distancia cultural, pero al mismo tiempo ve cómo se le escurre el poder porque el chico no escucha, o se pone los auriculares del MP3 o se manda mensajitos de texto a escondidas con otro compañero. El desinterés por lo que pasa en las aulas es cada vez más grande, el divorcio se va ampliando. En relación a este tema hay enormes hipótesis y respuestas simplistas. Una que se intentó y no funcionó fue poner computadoras, televisión, Direct TV, cine, en las aulas para que el chico se enganche. Esa es la historia de la tecnologización de Estados Unidos, que pasó de tener hace más de veinte años 150 alumnos por PC a una relación de 1 a 1 o de 2 a 1 en muchos lugares en la actualidad.

–¿Qué impacto ha tenido?

–Ninguno. Casi nulo. Si se toman los test estandarizados, los resultados son ahora peor que antes. Pero tomar ese parámetro es una estupidez, no es muy útil porque en realidad están hechos para medir ciertos otros aprendizajes. Se podría pensar que el uso masivo de la computadora en el aula tiene que haber hecho que haya más interés de parte de los chicos. Pero no, porque tiene que ver con cómo y para qué entra la computadora, es decir, para qué la uso y cuál es el diseño de espacio áulico. En primer lugar, a las PC las metieron en laboratorios de informática. Pusieron veinte, por ejemplo, y cada chico usa una, 40 minutos por semana. Si además el chico es de clase media/alta tiene computadora en su casa. Ese chico no va a querer ir al laboratorio de computación si en su hogar puede hacer muchas más cosas. El laboratorio fracasó. También plantearon poner la PC en el aula, como hizo la ciudad de Buenos Aires durante la gestión de Daniel Filmus como ministro de Educación, en un plan piloto que se implementó en un porcentaje de escuelas y en un grado determinado.

–El modelo de laboratorio de informática es el que se ve con más extendido en los colegios...

–Y además hay que ver qué aprenden: ven el Word, con lo cual trivializan el espacio y lo convierten en una cosa más aburrida que el aula misma. Mirá cuál es la de-silusión que seguramente prefieren escuchar a la profesora antes que ver esos aplicativos que usan espontáneamente pavadas. El problema que tienen experiencias como la de la ciudad de Buenos Aires es que ponen la computadora en un solo grado. Si funcionara bien, el contacto sería episódico. El pibe dice: “No lo tengo antes, no lo voy a tener después, no me va a cambiar mucho”. ¿Pero qué hacían en el aula? Lo mismo que antes, o le enseñaban a usar el procesador de palabras, alguna ecuación, nada específico, nada diferente, nada que implicara un uso emergente de la tecnología. Además, en esa época no había Internet, banda ancha, en las clases. Pero seamos concesivos e imaginemos el escenario ideal: conectividad de alta velocidad y una laptop para cada alumno. El mundo está lleno de ejemplos y han fracasados también.

–¿Por qué?

–Porque lo que no funciona no es simplemente la desmotivación, el desinterés, lo que no funciona es el modelo de producción de conocimiento, el modelo broadcast. Con las computadoras o sin ellas, siempre es la misma idea: un curriculum prefijado, un docente que sabe, viene y recita. Y las computadoras se usan para hacer lo mismo mal de siempre. Y si las máquinas son buenas eso puede hacerse mucho peor. ¿Dónde está el ruido fundamental? En que nadie acepta o reconoce que puede cambiarse el modelo taylorista de la escuela.

–¿A qué se refiere?

–En el 2009 la escuela está como la fábrica de Ford en 1910. Ford decía: “Usted puede elegir el color de coche que quiera siempre que sea negro”. En la escuela pasa lo mismo. Va un docente y les da lo mismo a todos. Pero los chicos son todos distintos y ahora son muchísimo más distintos que antes porque tienen más estímulos, más consumos culturales, más ofertas. Siempre hablamos, obviamente, de la clase media/media alta. Los chicos pobres tienen una problemática que hay que atender pero que es otra. Lo que no funciona es el formato escolar estandarizado.

–¿Hay otros modelos posibles?

–Teóricamente hubo. Ejemplos como la escuela multinivel...

–Salvando las distancias, como ocurre en las escuelas rurales.

–Exactamente. Pero no se puede replicar a nivel masivo. La estandarización tuvo en su momento buenas razones. Quienes proponen otros modelos están planteando algunas cosas muy vagas, otras no tanto. Se están haciendo muchas pruebas en las universidades, donde finalmente se repite el mismo modelo de la escuela en el que todos reciben lo mismo. Y cada uno lo procesa según su capital simbólico, su historia, sus habilidades y talentos. Lo que se está planteando es pasar de un modelo docente-céntrico a uno alumno-céntrico.

–¿Hay experiencias en la Argentina?

–Algunos colegios privados están haciendo cosas. Hasta ahora nadie intentó algo sistemático con una computadora por chico.

–El gobierno nacional reflotó un proyecto en ese sentido para escuelas técnicas.

–Son 250 mil laptops pero para un año determinado. Uruguay es el único país del mundo donde se está haciendo una experiencia masiva, uno a uno. Son en total 350 mil máquinas, que es el número de alumnos primarios, y ya se repartieron 175 mil. El resto se distribuirán de acá al 2010.

–¿Y está acompañado de un cambio del modelo de enseñanza?

–Es algo más de lo que había pero no tanto. No cambia el curriculum, no cambia la función de los docentes ni la estrategia ni la extensión de las aulas. No plantea lo que se llama ahora entornos personalizados de aprendizaje, con herramientas donde los weblogs son como el ABC. Nadie lo está haciendo.

–Demandaría muchos recursos, capacitación, cambios edilicios...

–La arquitectura determina y limita pero el tema no está ahí sino en el sistema escolar, que no tiene posibilidades de auto-reinventarse y de generar disrupciones radicales. La escuela tiene una particularidad que la hace intocable: es un monopolio natural, a cargo del Estado. No lo va a cambiar jamás endógenamente. No sabe o no le interesa.

–En su libro destaca el hecho de que un chico memorice cien cartas de Pokemon y no pueda repetir el nombre de dos ríos al día siguiente que se los enseñaron. ¿Con un entorno personalizado se acordaría, no digo de cien, pero de diez ríos?

–No se van a acordar de nada que no tenga que ver con algo significativo para ellos. ¿Por qué no hay un curso de Pokemon en la escuela? ¿O de Harry Potter o sobre El Señor de los Anillos? Con El Señor de los Anillos se pueden hacer cosas increíbles: que dramaticen, personifiquen, busquen analogías históricas en su país. Habría posibilidades de transferencia. El conocimiento tiene que ver con transferencias. Lo más importante es ver que una cosa que se aplica en un caso se aplica en otro.

–¿Por eso propone que la educación tiene que seguir los pasos de la industria del deseo?

–Sigo con ideas de un catalán que me gusta mucho que se llama Joan Ferrés. Es un hombre que desde hace diez o quince años está muy preocupado en ver cómo la industria del deseo, Hollywood, la música o el entretenimiento enganchan a los jóvenes. Tener un home theater y después ir a la escuela, es como ver una TV en blanco y negro y en cámara lenta. Alguien puede decir: es mejor enseñar en blanco y negro porque así los chicos no se distraen y con la cámara lenta pueden incorporar mejor los conceptos. Ferrés dice: “No, así no funciona”. Dice que en la escuela –en la mayoría de los casos– no hay libido, no hay deseo, no hay vértigo, nada llamativo, no hay ocurrencia. Y que el docente, y esto vale para todos los profesionales, no puede ser un mal comunicador, no tiene derecho a serlo. Si no sabe decir, no sabe nada.

–¿Que sea como Tinelli?

–Tinelli con contenidos, sí. Malcolm Gladwell dice en cuánto tiempo te das cuenta de que un tipo es un buen profesor. Buen profesor quiere decir que me gusta, me interesa, que creo que tiene algo para aprender. ¿Un cuatrimestre? ¿Un mes? ¿Un día? No. En quince segundos te enganchás o no con una persona. Hombre, mujer, pareja, blink se llama, hacer un blink. Si no te enganchás no tenés segunda vuelta. Cuando hablo de la industria del deseo me refiero a un docente que sea un buen comunicador. Además tiene que ser un experto en inteligencia emocional, tiene que ser mucho más versátil, tiene que darse cuenta el conflicto que puede haber en el aula –y también estimularlo–, escuchar en la demanda del chico los problemas que puede tener en la familia.

–Su cátedra de Procesamiento de Datos tomó este año como objeto de estudio Facebook. ¿De qué se trata el proyecto?

–Si se mira desde el punto de vista de los contenidos no es más que ver qué hace la gente en Facebook y cuáles sus usos educativos.

–¿Tienen usos educativos Facebook?

–Ufff. Está lleno de cursos, de grupos, de cosas que tienen que ver con la educación. Ese, aparentemente, sería el contenido del proyecto, pero tiene otro: mostrar que todas las cosas que estuvimos hablando hasta ahora se pueden hacer en una cátedra universitaria. Dijimos basta: estamos cansados de que los alumnos repitan cosas. Entonces decidimos que este cuatrimestre no vamos a tomar exámenes, ni parciales, vamos a hacer las cosas distintas. Dijimos: vamos a empezar con algo que ellos mismos creen que no tiene ningún uso educativo, con lo cual si les demostramos que sí lo tiene, les puede llamar la atención. Ellos mismos diseñan su investigación. Hay clases, hay textos y mucho trabajo en equipo. Hay distintas dimensiones de análisis de Facebook: su arquitectura, la participación, la identidad, la convergencia cultural. Cada cual eligió lo que le gusta. Unos estudian a un grupo que se llama “La UBA es lo mejor”, otros a uno que defiende a Los Piojos, otro compara el Fotolog de Cumbio y Facebook. Hicieron un montón de pequeñas investigaciones y las presentan cada semana en el teórico. Lo que vimos es que todas las cosas que decía antes se logran. Los alumnos se enganchan, vienen al teórico –-antes no venían o se aburrían–, no hablan cuando hablan los compañeros y los escuchan. Algunos incluso han hecho entrevistas para profundizar algún tema. Se paran frente al aula y muestran lo que hicieron con un Power Point, que nunca en su vida habían hecho. Compramos una conexión inalámbrica porque la universidad no la pone y tenemos conectividad en el aula, ayudantes que twitean, tenemos seis grupos en Facebook y el resultado es extraordinario. El trabajo final es un video donde se montan los trabajos de todos.

–¿Después de Facebook qué viene?

–Las noticias sociales, social news. Hoy seguís yendo a cinco o seis sitios distintos para enterarte qué dice cada uno sobre un tema, por ejemplo, la caída del vuelo de Air France. Va a haber agregadores automáticos que van a filtrar todas la información y a escribir una nota única, comparando lo que se dice, es decir, lo que hace un periodista ahora.

–Le dedica un amplio espacio a las series televisivas cada vez más complejas.

–Son increíbles. Soy fanático de Lost. Nosotros venimos repitiendo como loros que estamos en la sociedad de la información, del conocimiento. Es un slogan. ¿Qué cambia realmente? La gente sigue tomando el colectivo, yendo a la carnicería... Lo que cambia es la cabeza de la gente, puede procesar más información. Sony, para aprovechar la cantidad brutal de series que tenía de los ’70 y los ’80 las convirtió en un nuevo formato que llama minisodios, son episodios compactados, editados. Una serie que duraba 25 minutos la convirtió en una de tres.

–¿Le sacaron los tiempos muertos?

–Es que los tiempos muertos duraban 7 u 8 veces más que ahora. Por eso el primer episodio doble de Lost costó 15 millones de dólares. Es pura efervescencia, no te podés perder un segundo. Lo que estamos viendo es que cierta gente, no toda, claro, ama la complejidad, la ambigüedad. En Estados Unidos la ven 18 millones de personas. La gente no se traga más que los buenos ganan siempre y los malos pierden siempre. ¿Por qué Los Soprano tuvo el éxito que tuvo? Tiene que ver mucho con la historia argentina, con (Francisco) Scilingo entrevistado por, (Horacio) Verbitsky, El Vuelo. ¿Qué sale de todo eso? Que el buen padre de familia era torturador. No, eso de que los malos eran malos malos y los buenos, buenos buenos. No. Esa ambigüedad moral, esa confusión es la que están reflejando estas series. Y la ambigüedad sirve para pensar.

¿POR QUE ALEJANDRO PISCITELLI?

Está convencido de que la educación tiene que seguir los pasos de la industria del deseo como plantea el catalán Joan Ferrés. Dice que los docentes deben convertirse en especies de Marcelo Tinelli pero con contenidos. “Si no saben decir, no saben.” ¿Cómo es posible que un chico memorice cien cartas de Pokemon y no se acuerde del nombre de dos ríos al día siguiente que los aprendió?”, se pregunta Alejandro Piscitelli, en su último libro Nativos digitales. Dieta cognitiva, inteligencia colectiva y arquitecturas de la participación (Santillana). Ex gerente general del portal educativo Educ.ar y ex presidente de la Asociación de Educación a Distancia y Tencologías Educativas de la República Argentina, admirador de Ivan Illich y de Paul Goodman, siempre fue, tal vez sin saberlo, un docente edupunk.

Junto con otros irreverentes cree que otra educación masiva, personalizada y significativa, en y de la red, es posible aquí y ahora. Sus ensayosposts en www.filosofitis.com.ar así lo testimonian. En principio, Piscitelli propone sumar la tecnología a las aulas pero no –aclara– en los tradicionales aulas de informática –que para él son un rotundo fracaso, considera–, sino en entornos personalizados de aprendizaje, con herramientas donde los weblogs son como el ABC. Para probar que la teoría se puede aplicar en la práctica, Piscitelli está desarrollando esa experiencia en la cátedra de Procesamiento de Datos, que dirige desde hace 13 años en la Carrera de Comunicación de la UBA, donde en este cuatrimestre decidieron no tomar más exámenes ni parciales, y proponer a los alumnos que se dediquen a estudiar y a “apropiarse” de Facebook. Pa-ra tener conectividad en el aula y dado que la universidad no lao podía proveer, contrataron por su cuenta Internet inalábrico. “El resultado es extraordinario”,se entusiasma. Se puede espiar en www.proyectofacebook.com.ar.

Por Mariana Carbajal
Funete: diario "Página 12"
Más información: www.pagina12.com.ar

Algunas recomendaciones: Libros de guión


CUÉNTALO BIEN.-El sentido común aplicado a las historias Ana Sanz-Magallón

Antes de nada es necesario aclarar que éste no es un manual de guión. O mejor dicho, no sólo es un manual de guión. Perspicaz, incisivo, inteligente y divertido,Cuéntalo bien es, en el fondo, un canon sobre el arte de contar historias en cualquiermedio. Sin tecnicismos, pero con la rigurosidad de quien está obligado por su profesión a analizar porqué una historia buena puede ser destrozada por un mal narrador (escritor, guionista, conversador, director…) o una mediocre consigue enganchar, Ana Sanz-Magallón desmenuza con sencillez y un criterio muy personal las reglas básicas del secreto de contar bien una historia.
Un libro que hará las delicias del que escucha, ve o lee historias y está interesado en qué hay detrás del arte de narrar, y de aquellos que, ante la hoja en blanco y enredados en la técnica han olvidado lo más importante: el sentido común.


BACKSTORY IV.- Conversaciones con guionistas de los años 70 y 80
Pat MacGuillian


En este volumen se recogen conversaciones con: R. Benton, L. Cohen, Blake Edwards, Walter Hill, R. P. Jhabvala, L. Kasdan, Elmore Leonard, P. Mazursky, Nancy Meyers, John Milius, Frederic Raphael, Alvin Sargent, Donald E. Westlake, algunos de los mejores guionistas de las décadas de los 70 y 80. Esta recopilación de entrevistas es internacionalmente reconocida y hace del arte de preguntar, una herramienta eficaz para adentrarnos en los secretos de estos profesionales, artífices de las mejores líneas del cine americano de esos años. Las anécdotas más interesantes, los detalles menos conocidos, los secretos del oficio de escribir para el cine se van desgranando a lo largo de las páginas que, junto con las filmografías e índices temáticos, convierten Backstory IV en un libro de referencia imprescindible. La espera para ver editado este magnífico libro en castellano hará las delicias de todos aquellos amantes del buen cine.

miércoles, 15 de julio de 2009

Entrevista a Werner Herzog


‘SOY UN ESCLAVO DE MI MIRADA’
EL DIRECTOR ALEMÁN WERNER HERZOG CUENTA POR QUÉ DECIDIÓ PUBLICAR LOS DIARIOS QUE LLEVÓ DURANTE LA FILMACIÓN DE SU MAGNA OPUS, "FITZCARRALDO", A LOS QUE CONSIDERA POR ENCIMA DE SU PROPIA OBRA CINEMATOGRÁFICA.

Existe un santo remedio para la cura -de forma instantánea- de los males de cineastas, poetas, novelistas, pintores que están trabados, a los que no les sale su gran trabajo porque no tienen: a. suficiente dinero; b. suficiente tiempo; c. suficientes recursos; d. suficiente disciplina; e. otro. Si usted cumple con este perfil vayase hasta su videoclub y alquile El peso de los sueños, un documental de Les Blank, estrenado en 1982, sobre el rodaje de la película Fitzcarraldo de Werner Herzog. Si sus recursos lo permiten, agregúele a esta dosis, la lectura de Herzog on Herzog, una entrevista de trescientas páginas realizada por Paul Cronin y publicada por la editorial inglesa Faber & Faber en 2002. Cuando vea la tenacidad del director alemán y la voluntad con la que persigue sus metas; cuando lo vean triunfar en cumplir su sueño de filmar una película imposible, sus problemas -estimado lector-artista- tomarán otra dimensión. Tendrá que sincerarse y reconocer que si no está escribiendo la novela, terminando la película, pintando los cuadros o componiendo la sinfonía de su vida, es porque no sienta el traste para hacerlo. La gran lección de la vida artística de Werner Herzog es que si hay algo que querés hacer, hacelo. Punto final.
Ahora, se agrega un capítulo más a la rica y prolífica producción de Herzog, un libro que reúne los diarios (suerte de Moleskines escritos en letra microscópica) que llevó durante la ardua y quijotesca filmación de una de sus mejores películas. Fitzcarraldo. Conquista de lo inútil ya se ha publicado en alemán y hay traducciones pendientes en inglés e italiano y varios otros idiomas. El título viene de un diálogo de la película que consagró al demente y brillante actor Klaus Kinski. En un brindis, un personaje, Don Araujo, declama: "¡Por Fitzcarraldo, el conquistador de lo inútil!"
El libro de Herzog podría incluirse en un pequeño estante que contendría, entre otros, Apuntes sobre la filmación de Apocalypse Now, de Eleanor Coppola, El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, La cuarentena de J.M.G. Le Clézio, Fordlandia, del argentino Eduardo Sguiglia, y una buena biografía de la travesía africana de Rimbaud. Es que Conquista de lo inútil es un libro de la selva, del hombre occidental en el continente oscuro; el antihéroe que va a la jungla para arrancarle algo por su propia gloria, pero que termina transformado (y desquiciado) por ella.
La historia de la filmación de Fitzcarraldo es meta ficción pura: Herzog es Fitzcarraldo y Fitzcarraldo es Herzog. Y la locura de Fitzcarraldo -su idea descabellada de cruzar un barco por una montaña de un río a otro para montar un teatro de ópera en la mitad de la selva- fue la mismísima de Herzog. Pero lo imposible se logró y quedo una gran película y la leyenda de su realización.
Hablamos por teléfono con el director trotamundos, napoleónico en sus ambiciones y parco en sus explicaciones. Estaba en un hotel en Londres de rumbo a Perú, o venía desde Perú, o se iba a África, o volvía a Bavaria...
-En la película "Mi peor enemigo" (1999) sobre su relación con Klaus Kinski aparece uno de los cuadernos que fueron la base para este libro. Y allí le comenta a Claudia Cardinale que ni siquiera se animaba a leerlos. ¿Qué cambió?
-Contenían muchas cosas que me alivió que estuvieran guardadas como escritos. Pero nunca me atreví a mirarlos hasta hace más o menos diez años. Intenté descifrar una o dos páginas pero después frené, porque me daba demasiado miedo. Hace dos años, volví a abrirlos y me pareció que había algo extraordinario en los textos y supe que sobrevivirían todas mis películas -¿Por qué?
-Porque escribo mejor de lo que filmo. Porque hay más sustancia en estos escritos que en todas mis películas juntas.
-¿Cómo es eso de que leerlos le causaba miedo?
-Bueno... Me confrontaba con todo el tumulto y la confusión. No quiero mirarme a mí mismo. No quiero verme de muy cerca. No sé muy bien, es como una cautela instintiva que siento. -¿Siente algo de remordimiento de no haberse dedicado más a escribir?
-No, no tengo ningún tipo de preocupación acerca de mí mismo o mi trabajo.
-Usted escribe sus guiones en muy pocos días, pero las filmaciones, a veces, le llevan años. ¿Qué dice esto sobre las diferencias entre las dos disciplinas? -No dice nada. Es la naturaleza de cada medio. Cuando haces una película tenes logística, tenes temas de financiamiento, tenes temas de organización con los actores... Es natural todo eso y nunca me ha traído problemas. Tampoco he tenido problemas con el hecho de que el papel tiene más paciencia que el celuloide.
-¿Kinski estaba celoso de sus diarios?
-Sí. La que se dio cuenta de eso fue Claudia Cardinale. A Kinski le molestaba no saber lo que escribía; pensaba que tal vez estaba escribiendo sobre él. Aunque tengo que decir que el texto no es una descripción del proceso de filmar. Es completamente independiente de eso. Es como un sueño afiebrado en la jungla. Es poesía. No es un diario sobre un rodaje. No es una memoria. Es poesía.
Uno de los encantos de Conquista de lo inútil es percatarse de la minucia de la vida de Herzog: por ejemplo, ¡que en San Francisco fue a ver una película de Porcel y Olmedo! También, está repleta de observaciones asombrosas, como la descripción de un chofer en Iquitos: "Lo llamativo en ese auto era el hecho que no tenía volante; el chofer manejaba con una gran pinza, una llave francesa, y lo hacía bien".
- Menciona en el libro que Mario Vargas Llosa quiso participar en la película.
-El estaba interesado en el cuento de Fitzcarraldo y hablábamos mucho sobre eso. Tenía ganas de participar en el guión, pero eso se descartó rápidamente porque estaba trabajando muy intensamente en un libro que tenía una fecha de entrega pendiente. Era más un gesto de amistad. Entonces terminé escribiéndola solo, pero estoy contento de que resultara así.
- Cuenta cómo se hizo un tatuaje de "la muerte cantando". ¿Ese es un símbolo importante para usted?
-No. Como describo en el libro, fue algo totalmente espontáneo. Fue con Paul Getty, el heredero estadounidense que fue raptado por la mafia (quienes le cortaron una oreja durante el secuestro). Yo soy amigo de la melliza de su esposa. Simplemente estábamos todos juntos un día charlando y él me dijo que se iba a hacer un tatuaje. Yo me fui con él por acompañarlo nomás, por curiosidad de ver cómo se hacía un tatuaje. Y allí, sin pensarlo, armé un dibujo de la muerte cantando; es un esqueleto vestido con un esmoquin, cantando con un micrófono antiguo. Pero no tiene relevancia. Y me lo hice mucho, mucho antes de que se pusieran de moda los tatuajes.
-En el documental "Grizzly Man" (2005) usted declara: "Yo creo que el denominador común del universo no es armonía pero sí el caos, la hostilidad y la matanza". ¿Cómo sigue adelante cuando tiene una fe tan desoladora sobre la realidad? -No es una mirada desolada del mundo. Estoy hablando del universo. Si miras al universo de una manera no sentimental, no romántica, no Walt Disney, inmediatamente te darás cuenta de que el denominador común es la hostilidad en vez de la amistad sentimental. Lo ves muy claramente en Conquista de lo inútil. La mirada sobre la naturaleza, la manera en que yo veo las cosas que me rodean, es totalmente no romántica.
-¿Pero usted ha sido acusado de continuar la tradición alemana romántica en su cine?
- Mire, esto no es problema mío. Es un problema de los críticos. Y dado que en muchos países, cuando piensan en la cultura alemana inmediatamente piensan en el romanticismo -porque es una de las pocas cosas que conocen-, de golpe intentan conectarme con eso. Pero mis afinidades no pasan por la literatura o cultura romántica; vengo de una tradición mucho más temprana, como la de los poetas barrocos. Amo la poesía de los Eddas, la tradición de Islandia de hace más de mil años.
-¿Piensa que el cine durara por todo el tiempo que durara la civilización humana?
-No lo sé. Pero diría que el cine es más vulnerable que la palabra hablada o la palabra escrita porque la película puede desintegrarse mucho más rápido que los libros. La vida técnica de una película es mucho más corta que la vida técnica de un libro. Cuando leemos literatura de hace cien años, por ejemplo, lo vemos con ojos diferentes, lo absorbemos con un espíritu diferente; y se rejuvenece por nuestra mirada. -¿Hay un puñado de libros que le han acompañado e inspirado a través de su vida? -Sí, por supuesto. Más que nada la poesía. El poeta alemán (Friedrich) Hólderlin. El es quien llegó a los límites más extremos de mi lengua. Y, por supuesto, se volvió loco. El estaba luchando con mantener el idioma intacto mientras traspasaba los límites de la lengua. Es un poeta muy, muy fascinante. O por ejemplo, los Eddas. Y después, para consolarme, cuando las cosas se ponen difícil de verdad, leo Las segundas guerras púnicas, de Livy, sobre Hannibal y Fabius Maximus. Pero eso es para el consuelo.
-Acá en Buenos Aires hay miles y miles de alumnos de cine. ¿Qué les puede decir a ellos para alentarlos o guiarlos?
-En principio no estoy obligado a decirles nada. Ellos tienen que buscar su propio camino. Pero, en general, diría que tienes que confiar en tu propia visión y no tener miedo de seguir tus sueños. Al mismo tiempo, siempre me gustaría alentarlos. Y una de las películas alentadoras que hice hace poco tiempo fue Encuentros al fin del mundo (2007), que fue filmada en la Antártida. Digo que es alentadora porque es una película que fue hecha por dos hombres. Un director de fotografía y yo. Hoy se puede hacer una película con sólo dos personas. Entonces digo, no tengas miedo al aparataje. Se pueden hacer cosas buenas con un equipo reducido. -¿Siente que sigue siendo la misma persona que comenzó a filmar a los 19 años? -Para empezar ya no me atormentan las dudas. Me siento muy confiado en mí mismo. Y tengo el mismo fuego dentro de mí. Siempre estoy explorando cosas nuevas. Nunca me quedo quieto. No me repito.
-¿Quedan grandes relatos por contar? ¿El mundo es menos misterioso ahora que cuando filmaba Fitzcarraldo y sólo había un télex a 300 kilómetros del lugar de rodaje para comunicarse con "el mundo"?
-No, para nada. Tienes que ver algunas de mis últimas películas como Grizzly Man que es posiblemente una de las mejores películas mías. O Encuentros al fin del mundo en la Antártida: es un continente absolutamente nuevo. Hice esta película con Nicolás Ca-ge en Nueva Orleans. Acabo de filmar, antes de la Navidad, una película en el sur de Etiopía que ya entregue. Y la semana pasada estuve en Peru para filmar una secuencia de una nueva película titulada My son, My son, What have yee done?
-Esto es una pregunta un poco fuera de lugar, pero ¿usted piensa que una persona puede llegar a cambiar su vida? ¿De descubrir tarde en su vida un talento o una fuerza de voluntad que no existía antes? ¿O el destino de uno ya está marcado desde el comienzo?
- No me hagas preguntas que han torturado a la humanidad por miles de años. Yo tomé mi destino en mis propias manos. Hay que reconocer que ocurren accidentes y coincidencias que nadie espera. Pero no te puedo contestar una pregunta así en dos minutos y hablando por teléfono. -Bueno, entonces le pregunto: ¿su poder de voluntad es innato o es algo que trabaja conscientemente?
-Tienes que tener mucho cuidado con ese tipo de pregunta. Me suena rara. Yo soy una persona que tiene una visión clara y que sigue esa visión. Yo soy un esclavo de mi mirada y yo he aceptado el destino de seguir mi vocación. Es más perseverancia que fuerza de voluntad. Hay una forma linda de decirlo en castellano, en un proverbio: "La perseverancia es don de los dioses."
A la distancia, suponemos que Herzog empieza a perder la paciencia. Enemigo de la introspección, da cuenta de que la entrevista llega a su fin. Pero es, ante todo, un caballero y no corta el teléfono hasta que este cronista se queda conforme.
-Ya lo dejo en paz. Pero ya que estoy en Argentina no puedo dejar de preguntarle: sé que era jugador de fútbol y que fue importante para usted en su juventud. ¿Lo sigue siendo? -En realidad yo quería ser el campeón del mundo de salto en esquí. Pero los deportes, y entender el espacio y la orientación de uno mismo dentro de un espacio es algo que es muy importante para entender como cineasta. Pero en cuanto al fútbol me encanta el juego mismo. Y ustedes están bendecidos como argentinos en tener el mejor jugador del mundo de los últimos tres o cuatro años, que es Messi.
-¿Ve fútbol por televisión?
-Sí, veo al pequeño Lionel. Es simplemente un milagro. -¿Obtiene placer estético en mirarlo?
-No. Es simplemente una gran alegría ver a alguien con una comprensión tan completa del juego. Con tanta velocidad y tanta habilidad. Es un gran, gran placer verlo jugar.
- Bueno, mil gracias.
-De nada. Ojalá pudiera estar en la Patagonia ahora, o en algún lugar de la Argentina, y simplemente descansar por cuatro semanas... Por favor dale saludos a mi amada Argentina.

Por Andrés Hax
Fuente: Revista Ñ

viernes, 10 de julio de 2009

Cine e imaginario social 2



(“Metrópolis” y el cine como difusor de ideas)

Los films como “Metrópolis” o “El acorazado Potemkin” dan cuenta de un cambio de época, de un humor social, de una serie de expectativas. Tienen una clara relación con el imaginario social de la época y el lugar en que se realizan. Llamamos a este tipo de ficciones cinematográficas con el término de “ficciones fundacionales” que tomamos de la literatura, de un libro de Doris Sommer llamado “Ficciones Fundacionales, Las Novelas Nacionales de América Latina”. El concepto nos sirve para entender las vinculaciones entre cine e imaginario social, sobre todo en los inicios del cine. En este sentido, veremos en notas sucesivas, cómo, el auge el cine industrial norteamericano puede leerse en esta clave.

Estas ficciones explican la manera en que, en los comienzos del siglo XX, la consolidación de los Estados y el cine marcharon de la mano. Este tipo de ficciones trabajan al nivel de los imaginarios como “ficciones fundacionales” de un orden social nuevo. Explicitan en sus narrativas una forma deseada y esperable de la sociedad y transmiten una determinada escala de valores. Es decir, es un cine claramente político.

Durante todo el siglo XIX ese lugar era ocupado por la creación literaria, sobre todo la novelística. Pero a partir de la invención del cine todo cambia. Se dice, una imagen vale más que mil palabras. Lo cierto es que el cine viene a cubrir ese lugar con el beneficio de la masividad. El que ve cine no necesita estar alfabetizado ni saber leer para ser atravesado por estas “ficciones fundacionales”. Es justo lo que se necesita para llegar a los obreros. Esto lo sabían tanto Fritz Lang como Einsestein.

El cine será central para la historia de occidente en el siglo XX. La dimensión política que toma la producción cinematográfica se entiende en dos direcciones: la posibilidad de llegada masiva del cine y la lucha ideológica y social que se intensificaba en Europa. Quizá el rápido desarrollo de la industria del cine este relacionado con el aspecto de la lucha política.

Si seguimos la experiencia política alemana hasta el ascenso del nazismo, vemos como en “Metrópolis” se condensan los elementos que dan sentido a esa construcción de una sociedad corporativa que fue fundante de los Estados de Bienestar europeos. Y eso está ahí, en “Metrópolis”, claramente expresado. Es perfectamente un programa político el que se diseña en el film de Fritz Lang. A diferencia de lo que se puede creer ligeramente, “Metrópolis” nada tiene de film nazi, no se plantea una sociedad represiva ni totalitaria, sino una conciliación de clases. Una sociedad capitalista donde el Estado discipline tanto a los obreros como al capital, pero a través del dialogo y la camaradería. Algo que el nazismo no plantea nunca. Basta decir que el primer campo de concentración nazi no fue de judíos sino de obreros y lideres sindicales anarquistas y comunistas, para comprender que el régimen nazi es, entre muchas otras cosas, una reacción de la burguesía, aunque haya reclutado los fervores masivos de las clases populares alemanas.