martes, 16 de junio de 2009

Elogio de la belleza



Entrevista con Wong Kar-Wai (17-02-2005)
director de las películas 2046 e In the mood for love:
"Para mí una película es algo más que una historia, es contar una experiencia"
Wong Kar-Wai (Shanghai, 1958)

- Si tuviera que titular la crítica de 2046 escribiría algo parecido a Poeta redomado insiste en el mood. Le veo un poeta visual, al que interesan las situaciones muy breves, más los poemas que los relatos largos, que no tiene miedo a que el guión de la película sufra....
- Yo trabajé 10 años como escritor. Para mí la historia es una parte de la película, pero una película no es solamente una historia. Si estamos es un restaurante y nos sirven un plato que nos ha gustado mucho podemos describirlo pero lo difícil es describir el sabor. Para mi una película es más contar una experiencia que contar una historia.
- Si tenemos en cuenta In the mood for love, se percibe una cierta variación en el tono. 2046 es una película más pasional, más rota, mientras In the mood era muy contenida en cuanto a los sentimientos. Ha cambiado Kar-Wai de una a otra película?
- Para mi ambas películas están conectadas y son, a la vez, contrapuestas. In the mood es una historia de dos personajes que viven una historia de amor de la que se enseña poco pero se ve mucho, aunque nunca vemos la relación carnal vemos sus estados de ánimo. 2046 es, más que una historia de amor, es una película sobre el amor, desde la perspectiva de una persona muy determinada.

- No sé si le harán muchas preguntas como ésta. Le veo un escritor más interesado en la potencia que en el acto, en los prolegómenos de lo que se ansía en un mundo efímero, donde muchos deseos se frustran. Nos costó traducir al castellano el título de su anterior película y nos decidimos por "En disposición de amar."
- Tienes toda la razón. El amor es un asunto tratado durante siglos por la literatura, el teatro, el arte. De alguna manera todos somos estudiantes ante un tema tan universal, tan discutido. Comparto tu visión: In the mood trata del antes y 2046 del después.
- Los protagonistas de In the mood se sienten atraídos pero sienten el peso ético que les lleva a no autodestruirse con esa relación incoada. En 2046 el protagonista no abre la puerta al amor a ninguna de las tres mujeres con las que se relaciona. Parece un egoísta que no cree en el amor...
- Me parece que hay un punto que se te ha escapado. En In the mood uno de los condicionantes más importantes de la película es que ellos son vecinos y que temen el escándalo, algo que les aterra. En 2046 tenemos a un hombre que quiere vivir sólo, su único observador es el mismo. En la primera película hay familia y hay matrimonio, en la segunda el personaje no cree en nada de eso. Él se ha enamorado de una idea, de una mujer que no existe, y se ha convertido en un cínico que se hace daño a sí mismo.
En In the mood los secretos se dicen a un árbol, en 2046, el árbol es el protagonista. Él lleva el secreto dentro y se trata de ver cómo se las apaña para liberar ese secreto.

- Se ha hablado mucho de las canciones de sus películas, de esos boleros inolvidables, como Siboney. Creo que a usted le gusta detener el tiempo, con la música y una planificación muy cerrada, para que el espectador se ponga a su altura y pierda pie ante lo misterioso, lo que nos desborda.
- Realmente yo no soy tan analítico a la hora de hacer mis películas, sigo bastante mi instinto. Hay mil maneras de rodar una escena pero la que te vale es una, la que te parece más interesante. Te pongo un ejemplo. Cuando aparece la cantante Faye Wong que trabaja en un cabaret, muestro sus pies, porque quiero dar a entender que es un personaje que necesita espacio, que se siente atrapada.
Hago lo mismo con la música, porque cada historia tiene un ritmo y utilizo la música que me proporciona ese tempo.

- Ha usado dos directores de fotografía, ¿hay algún motivo? Dígame algo de las escenas futuristas y si se ha inspirado en el manga...
- Una película son cinco años y en ese espacio de tiempo no todo el mundo está disponible. Aunque son tres yo los considero uno. El segundo director de fotografía es el ayudante de Christopher Doyle y se encarga de la segunda unidad, el tercero se ha ocupado del making off. En las secuencias que has llamado futuristas yo no quería hacer ciencia ficción sino asomarme a la imaginación del personaje, y me he inspirado en los cómics de los 60 y en Barbarella de Roger Vadim. Evidentemente en la imaginación de ese personaje de los 60, está presente el manga japonés.
- Creo que se habrá dado cuenta de que además de periodistas somos profesores que enseñan lenguaje cinematográfico en la universidad y en escuelas de cine. Nos gusta utilizar su cine en clase para explicar a los alumnos que en el cine no todo es técnica, que es necesaria cultura, sensibilidad. Pensando en esos chicos jóvenes que casi siempre te preguntan cosas técnicas y casi nunca lo que ha leído y de dónde viene, culturalmente, Wong Kar-Wai; me gustaría que nos dijera algo que les pueda ser útil a estos estudiantes de cine...
- La gente joven se deja impresionar demasiado por la tecnología, porque piensan que dominarla les hace importantes, gente cool. No soy la persona más adecuada para hablar a estudiantes porque no creo que el cine se pueda aprender en una escuela. Sí pienso que una escuela es un sitio estupendo para ver mucho cine bueno, para que te pasen cosas, para conocer a gente interesante y conversar con ellos, para cometer un montón de fallos que luego harán que lo que hagas en el cine se aproxime mucho más a lo que realmente quieres hace.
Me parece que la gente joven ve las películas pero no mira las películas. Ver una buena película es una experiencia, una suma de cosas, un proceso.
- En esa línea, la del ver y el mirar, parece que el buen cine chino es tan universal porque es exigente, porque obliga a mirar...
- China es un país muy grande y tiene un montón de historias y de maneras diferentes de contarlas. Hay un mercado muy amplio en China que da muchas posibilidades y es lógico que películas de directores chinos susciten interés en países occidentales.

Alberto Fijo y Jerónimo José Martín (Fila 7)

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